Fig. 1 Cráneo y reconstrucción en vida de Nigersaurus taqueti
El escaneo computarizado del cráneo también permitió obtener el molde del endocráneo, de esta forma se reconstruyó la posición del hocico, que con sus numerosos dientes y su forma alargada debió tomar una posición horizontal respecto al suelo. Hasta la fecha la evidencia existente respecto a la posición del cráneo se había obtenido del occipital. Ahora, evidencia independiente, como lo es la posición del oído interno, permite afirmar la posición real del hocico de un animal extinto.
Tanto la posición del hocico como el ancho del mismo son dos rasgos concatenados como se muestra en este espécimen ya que ha medida que el ángulo del hocico se dirige al suelo (como en Camarasaurus, Diplodocus y ahora Nigersaurus) este crece en el ancho.
Otro descubrimiento importante, fue la tasa de reemplazo de los dientes, uno al mes, lo que es bastante rápido para un animal de 500 dientes en total aproximadamente. Esta tasa de reemplazo es mucho mayor que la estimada para un hadrosaurio.
Increíblemente, el modelo del endocráneo también reveló que los bulbos olfatorios del cerebro eran pequeños, esto en contradicción con una región nasal grande. Además, el tamaño total del cerebro es de un tercio de otros dinosaurios de dimensiones comparables pero de otros clados como como Carcharodontosaurus.
Este dinosaurio es relativamente pequeño comparado con otros saurópodos teniendo un tamaño y masa equiparable al de un elefante adulto.
Es importante señalar que además de lo ligero de la construcción del cráneo, el animal presentaba una alta neumatización de todos los huesos del cráneo. Solo las vértebras caudales presentan un centro vertebral sólido.
Al parecer, el total de la configuración del cráneo sumado a la poca área de anclaje de los músculos involucrados en la mordida hace pensar que esta debió ser bastante más débil que la de Diplodocus u otros saurópodos. Esto hace proponer a los autores, que Nigersaurus puede ser un excelente modelo para probar análisis de elementos finitos.
En consecuencia, este dinosaurio muestra según los autores: “… un caso de mínimo material estructural para un herbívoro de gran tamaño, comparable a un elefante. Pero, a pesar de todo, con una alta actividad de reemplazo de los dientes… ”. Este dinosaurio, además, representa la cúspide de una tendencia adaptativa al forrajeo a baja altura detectado desde el Jurásico temprano en los diplodócidos.
Después de serias y desanimantes controversias originadas en un programa de TV del cual no seguiremos discutiendo, volvemos a las andadas en esta ocasión con más acerca de dinosaurios, un trabajo nuevo y de gran impacto en la prensa mundial, traído por Paul Sereno y Jeffrey Wilson dos de los grandes (de verdad) de la paleontología mundial y que ya ha sido destacado en otros blogs de ciencia como Pharyngula y Paleofreak. Se trata de nueva información de increíble importancia revelada por un nuevo ejemplar del dinosaurio Nigersaurus taqueti (fig. 1). Varios estudios realizados sobre el fósil permiten elucidar por ejemplo, que el cráneo (encontrado por fragmentos) era bastante frágil con huesos tan delgados que el yugal incluso deja pasar la luz, siendo un ejemplo de que toda el área de hueso que unía el hocico con la unidad occipital no es más que 1 cm2.
El escaneo computarizado del cráneo también permitió obtener el molde del endocráneo, de esta forma se reconstruyó la posición del hocico, que con sus numerosos dientes y su forma alargada debió tomar una posición horizontal respecto al suelo. Hasta la fecha la evidencia existente respecto a la posición del cráneo se había obtenido del occipital. Ahora, evidencia independiente, como lo es la posición del oído interno, permite afirmar la posición real del hocico de un animal extinto.
Tanto la posición del hocico como el ancho del mismo son dos rasgos concatenados como se muestra en este espécimen ya que ha medida que el ángulo del hocico se dirige al suelo (como en Camarasaurus, Diplodocus y ahora Nigersaurus) este crece en el ancho.
Otro descubrimiento importante, fue la tasa de reemplazo de los dientes, uno al mes, lo que es bastante rápido para un animal de 500 dientes en total aproximadamente. Esta tasa de reemplazo es mucho mayor que la estimada para un hadrosaurio.
Increíblemente, el modelo del endocráneo también reveló que los bulbos olfatorios del cerebro eran pequeños, esto en contradicción con una región nasal grande. Además, el tamaño total del cerebro es de un tercio de otros dinosaurios de dimensiones comparables pero de otros clados como como Carcharodontosaurus.
Este dinosaurio es relativamente pequeño comparado con otros saurópodos teniendo un tamaño y masa equiparable al de un elefante adulto.
Es importante señalar que además de lo ligero de la construcción del cráneo, el animal presentaba una alta neumatización de todos los huesos del cráneo. Solo las vértebras caudales presentan un centro vertebral sólido.
Al parecer, el total de la configuración del cráneo sumado a la poca área de anclaje de los músculos involucrados en la mordida hace pensar que esta debió ser bastante más débil que la de Diplodocus u otros saurópodos. Esto hace proponer a los autores, que Nigersaurus puede ser un excelente modelo para probar análisis de elementos finitos.
En consecuencia, este dinosaurio muestra según los autores: “… un caso de mínimo material estructural para un herbívoro de gran tamaño, comparable a un elefante. Pero, a pesar de todo, con una alta actividad de reemplazo de los dientes… ”. Este dinosaurio, además, representa la cúspide de una tendencia adaptativa al forrajeo a baja altura detectado desde el Jurásico temprano en los diplodócidos.
Por último destacar que legos, paleochantas y otros (lamentablemente también periodistas) han ya bautizado a este dinosaurios con eufemismos chulientos como: "el dinosaurio corta césped" (ilógico dado que el pasto no surge hasta tardíamente el Cretácico y que es más probable se halla alimentado de angiospermas como colas de caballo) o el "dinosaurio vaca" yo conozco hartos vacas pero ninguno dinosaurio.
Referencias
Structural Extremes in a Cretaceous Dinosaur (2007). PLoS ONE 2(11): e1230.
Paul C. Sereno1, Jeffrey A. Wilson2, Lawrence M. Witmer3, John A. Whitlock2, Abdoulaye Maga4, Oumarou Ide4, Timothy A. Rowe5
1 Department of Organismal Biology and Anatomy, University of Chicago, Chicago, Illinois, United States of America,
1 Department of Organismal Biology and Anatomy, University of Chicago, Chicago, Illinois, United States of America,
2 Museum of Paleontology and Department of Geological Sciences, University of Michigan, Ann Arbor, Michigan, United States of America,
3 Department of Biomedical Sciences, College of Osteopathic Medicine, Ohio University, Athens, Ohio, United States of America,
4 Institute for Human Science, University of Niamey, Niamey, Republic of Niger,
5 Jackson School of Geological Sciences, The University of Texas at Austin, Austin, Texas, United States of America
2 comentarios:
OOO!!! descubrí que se pueden ver ahí mismo otros videos relacionados además del que subí que están relacionados con el tema el de National Geographic está muy bueno, con Sereno mostrando su descubrimiento
Bonito blog, Dinochile.
Lo que más me ha gustado es poder leer los artículos en castellano con cierto rigor científico.
Son muy pocas las páginas que ofrecen buenas traducciones en internet, y casi siempre nos vemos obligados a leer o bien el original en inglés o bien los disparates de la prensa.
Lo de la vaca tiene explicación. El artículo original habla de "vacuum mouth" (=boca en forma de aspirador"), y casi todos los periodistas lo han traducido como "bicho con forma de vaca".
Tiene guasa la cosa. En fin, gracias por el blog, y un abrazo desde España.
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